APUNTA A TUS HIJOS A CLASE DE RELIGIÓN CATÓLICA
Guadix, 1 de junio de 2015
Cada año por estas fechas, los padres ejercen el derecho de elegir en los colegios públicos la clase de religión para sus hijos. Es un derecho amparado por el universal de la libertad religiosa, y por el propio nuestro. Querer una enseñanza que dote a sus hijos de formación en lo tocante a la religión es tan legítimo como darles lo necesario, o datarlos de los medios más apropiados para su crecimiento y maduración como hombres y mujeres.
Pero es necesario reconocer, que como
tantas otras cosas importantes en la vida, hemos hecho un problema de
este derecho a recibir en la escuela una enseñanza religiosa. Pues yo me
niego a verlo como un problema y no como una oportunidad. Hay
problemas, claro que sí; pero la enseñanza de la religión no puede ser
un problema.
Hablamos, por tanto, de oportunidades y posibilidades.
Los padres son los primeros
responsables de la educación de sus hijos; las demás instancias, tanto
públicas como privadas, tienen sólo un papel subsidiario para proteger y
ayudar a los principales educadores. Los padres tienen que encontrar en
la escuela un medio que les ayude a educar a sus hijos en los valores y
creencias que ellos tienen.
Los padres cristianos saben que una
educación integral pasa por la formación religiosa de sus hijos, y así
lo exigen como ciudadanos dotados de derechos a las instancias públicas.
En nuestra diócesis de Guadix, más del 90% de los padres piden la
educación religiosa. Sería una negación de la libertad y del derecho
privar a los niños y adolescentes de esta educación.
La religión en el aula trata sobre
Dios y sobre el fenómeno religioso, pero al mismo tiempo introduce al
alumno en una cultura marcada por el cristianismo. ¿Cómo se puede
explicar el arte o la literatura de occidente sin conocimientos del
cristianismo? ¿Cómo entender nuestro medio sin la huella cristiana? Qué
importante también el conocimiento de personas que en la historia han
sido modelo de vida para muchos, y que hoy son ejemplo también para
nosotros. Además, sin olvidar los valores humanos que nacen de la
conciencia cristiana: amor, diálogo, tolerancia, compasión, etc.
La clase de religión dará la
posibilidad a los hijos de conocer los fundamentos de la fe y crecer
como hombres y mujeres de bien. Me pregunto, ¿a quién estorba la
religión en la escuela? ¿Es un problema ideológico?; en ese caso, ¿por
qué no respetar las ideas del otro? ¿Acaso los padres creyentes son
menos contribuyentes que los que no los son?
No quiero olvidar al colectivo de
enseñantes de religión que acompañan a los alumnos con maestría y
dedicación. Yo mismo he podido ver en los centro de enseñanza de nuestra
diócesis el afecto que alumnos y compañeros tienen a los profesores de
religión. Y, gracias a Dios, son muchos los profesores y directivos de
centros que respetan esta opción y colaboran lealmente con ella, sin
zancadillas.
Unas palabras para agradecer, de
igual modo, la labor de los centros de enseñanza concertados de
inspiración católica, que en nuestra diócesis son cinco, y que realizan
un trabajo muy hermoso con centenares de alumnos. Bajo la guía del
Evangelio hacen crecer a los niños y jóvenes como personas y como
cristianos.
Queridos padres, os invito a todos a
seguir eligiendo la enseñanza de la religión católica para vuestros
hijos, les haréis un gran bien con esta opción. No olvidéis que Dios sí
es importante, y que su cercanía nos hace a todos mejores. Sólo por eso,
apunta a tu hijo a clase de religión católica.
+ Ginés, Obispo de Guadix